A lo largo de los años, académica y profesionalmente reconozco haber pasado por diferentes etapas del conocimiento; evoluciones que sin dudas me llevan a reflexionar incluso sobre lo ya reflexionado. Apartado de las ya existentes “corrientes de pensamiento” estoy convencido de que tal vez podemos llegar a conclusiones importantes.
En mi caso reflexionando sobre las ventajas y desventajas que existen entre la generalización y la especificación, entendida como especialización en un área determinada, luego de muchas vueltas, me quedo con la especialización, sin embargo, según cada situación, cada una tendrá una utilidad diferente
Lo general es necesario en tiempos de crisis, lo específico es muy importante durante el resto del año, si se busca ser un profesional generalista, habrá que ser bueno en cada cosa, con lo que se hará necesario ser también bueno en algo específico, y si solo poseo dominio de algo en específico, mejor incluso si ese “algo” lo acoto de tal forma que se convierta en un producto bastante personalizado , de forma tal de que se haga interesante contar con mi soporte.
Reza un antiguo y muy conocido refrán: “El que mucho abarca; poco aprieta”.
Las colaboraciones entre disciplinas me dejan otra reflexión específica, si el objetivo que me mueve es la búsqueda de la excelencia, en mi propio campo, debo tener la humildad para reconocer que si mi trabajo se mezcla con un tema de dominio de otra área, debería buscar ayuda a un especialista en esa área y no intentar que con una mera lectura de bibliografía existente, me crea un conocedor de esa materia; esto solo nos llevaría a chocarnos contra una dura pared como es la del gremialismo y el mismo conocimiento.
Es cierto que, para algunas personas, resulta atractivo disponer de información en todos los aspectos de la vida, sin embargo, si quiero hablar de alguno de ellos, o trabajar en alguno de ellos tendré que volcarme a la especificidad en un determinado punto, para poder estar a la altura de las circunstancias.
Erróneamente se ha pensado que una persona que domine más áreas ya tiene la mitad de la faena hecha, cuando en realidad, es la creatividad, la capacidad de adaptación y su plasticidad mental, lo que permite que se alcance éxito en cualquier área, incluso en muchos casos, sin poseer la formación completa.
En mi punto de vista, la generalización de las áreas de dominio es muy buena para colocarse laboralmente, pero una vez consolidado ese objetivo, es de suma responsabilidad convertirse en un experto en esa materia, en prepararse, formarse, conocer sus causas, sus consecuencias, saber qué hay detrás de las cuatro cosas de los sistemas de las empresas, en la situación real y sus últimas actualizaciones, la resolución de problemas y la gestión eficiente etc…, es tal vez, una de las mejores formas de conseguir el reconocimiento sobre todo propio y luego de terceros, en relación al trabajo realizado, pero sobre todo, con la intención de garantizar la calidad en el trabajo.
En mi caso reflexionando sobre las ventajas y desventajas que existen entre la generalización y la especificación, entendida como especialización en un área determinada, luego de muchas vueltas, me quedo con la especialización, sin embargo, según cada situación, cada una tendrá una utilidad diferente
Lo general es necesario en tiempos de crisis, lo específico es muy importante durante el resto del año, si se busca ser un profesional generalista, habrá que ser bueno en cada cosa, con lo que se hará necesario ser también bueno en algo específico, y si solo poseo dominio de algo en específico, mejor incluso si ese “algo” lo acoto de tal forma que se convierta en un producto bastante personalizado , de forma tal de que se haga interesante contar con mi soporte.
Reza un antiguo y muy conocido refrán: “El que mucho abarca; poco aprieta”.
Las colaboraciones entre disciplinas me dejan otra reflexión específica, si el objetivo que me mueve es la búsqueda de la excelencia, en mi propio campo, debo tener la humildad para reconocer que si mi trabajo se mezcla con un tema de dominio de otra área, debería buscar ayuda a un especialista en esa área y no intentar que con una mera lectura de bibliografía existente, me crea un conocedor de esa materia; esto solo nos llevaría a chocarnos contra una dura pared como es la del gremialismo y el mismo conocimiento.
Es cierto que, para algunas personas, resulta atractivo disponer de información en todos los aspectos de la vida, sin embargo, si quiero hablar de alguno de ellos, o trabajar en alguno de ellos tendré que volcarme a la especificidad en un determinado punto, para poder estar a la altura de las circunstancias.
Erróneamente se ha pensado que una persona que domine más áreas ya tiene la mitad de la faena hecha, cuando en realidad, es la creatividad, la capacidad de adaptación y su plasticidad mental, lo que permite que se alcance éxito en cualquier área, incluso en muchos casos, sin poseer la formación completa.
En mi punto de vista, la generalización de las áreas de dominio es muy buena para colocarse laboralmente, pero una vez consolidado ese objetivo, es de suma responsabilidad convertirse en un experto en esa materia, en prepararse, formarse, conocer sus causas, sus consecuencias, saber qué hay detrás de las cuatro cosas de los sistemas de las empresas, en la situación real y sus últimas actualizaciones, la resolución de problemas y la gestión eficiente etc…, es tal vez, una de las mejores formas de conseguir el reconocimiento sobre todo propio y luego de terceros, en relación al trabajo realizado, pero sobre todo, con la intención de garantizar la calidad en el trabajo.
Dr. Jesús Martínez Marín